jueves, 2 de mayo de 2024

Un día de marzo más


Inicio mi día, llego al temporal intento de oficina y saludaba a mis nuevos compañeros, ojalá nuevos amigos en algún momento y me encontraba a mi vieja amiga hablando con la jefa de mirada triste y profunda con sus hermosos ojos verdes, mi amiguita mostraba quizá la primera de muchas conversaciones difíciles que se le vienen a su nueva etapa de “madre de una adolescente” en la que dialogaba con su hija de 12 años, quien enfrentaba su primer corazón roto, uno podría decir que es puro drama, pero es lo más trágico sentimentalmente que ha enfrentado a su corta edad y todo fue porque el niño que le gusta, le mando una carta a una amiga de ella. Tantas reflexiones que vinieron a mi mente por todo esto y apenas han pasado 10 minutos de mi jornada laboral, acá mi resumen de reflexiones:

 #1) Error de novato, no le tiras a la amiga de tu novia, no si se llevan bien.

#2) Como evolucionan las infidelidades a lo largo de los años, a los 12 es una carta a una amiga, a los 21 te toca descubrir envolturas de Plan B.

#3) Mi amiguita quería culpar a un “animé” de lo que pasaba su niña, me recordó a mi madre diciendo que me había peleado en la escuela porque mucho miraba ese “Goku” diabólico, se está comenzando a convertir en señora.

#4) Vale, la hija de mi amiguita, hizo una reflexión en medio sus chats llenos de tristeza: “Los que te gustan, no le gustas tú y a los que le gustas, no te gustan”… Boooom. Explotó mi limitada mente, estoy totalmente de acuerdo, concuerdo yo que soy casi 20 años mayor, con la niña de 12 años, lastimosamente es así Valeria, no sé si inventarán una app en el futuro que te ayude a reducir ese fenómeno, pero te toparas con mucho de eso en la vida, no te apures, estoy seguro que te gustará más de alguno de los muchos que te pretendan (solo debes saber elegir) y quizá no sea la última vez que te rompan el corazón, pero espero que cada vez duela menos. No te preocupes por el porvenir en las relaciones, ni el que está escribiendo esto sabe qué hacer con su vida amorosa, ni tampoco tu mamá, ya estamos grandes ambos, sin rumbo, pero ante todo funcionales en la vida, así que de parte de tu tío te digo, todo va a estar bien, en el futuro tú también romperás corazones.

    El día transcurrió, una capacitación más, parece que he visto demasiadas veces esas anomalías que cuando ya las enfrente en el día a día, no las sabré identificar, sí, que aburrido hablar de trabajo, era más aburrido estar ahí, intentaba participar y mostrar mi “buen” sentido del humor con mis compañeras más cercanas, me he vuelto cada vez mejor mostrando mi lado gracioso que compensa la crisis existencial que me lleva a escribir estas palabras. Pasó toda la capacitación y lo más interesante fue una acalorada conversación/discusión derivada por una lectura de medidor electromecánico, así de divertido estuvo, aunque lo que no faltó fue lo acalorado, pinches 35 grados centígrados.

    La jornada llegó a su fin y así como que no quiere la cosa, llegó una noticia rara para mí, los tristes y profundos ojos verdes de la jefa, son los de una jefa embarazada, con uno de los peores contextos que puede enfrentar una mujer hoy en día, pero que debe ser el punto de inflexión para cambiar el rumbo de su vida, lejos del pésimo compañero de vida que había escogido. Y pensaba: quizá usted me guste jefa, quizá yo no le guste a usted, quizá yo le guste a alguien y ese alguien no me guste a mí… Al final del día Vale sigue teniendo razón.

    Tome una siesta que no debía, pospuse unos compromisos, atendí otros, lamenté estar acompañado por la ausencia de mi novia, pensé en el próximo viaje del fin de semana y me senté melancólico a escribir esta breve historia, estás palabras me acompañaron una triste noche de marzo y me siguen acompañando hoy.

 Frank Muñoz 🙂




No hay comentarios:

Publicar un comentario